Jamás en la historia de la humanidad hemos estado ante un momento como este. A lo largo de los últimos años, el virus SARS-CoV-2 , también conocido como COVID ha causado estragos en múltiples áreas. El turismo, el entretenimiento, la industria alimenticia y particularmente la educación han sido algunas de las industrias más afectadas ante la pandemia. Según datos actualizados de la UNESCO, gobiernos de casi 200 países decretaron el cierre total o parcial de centros educativos. Y cerca de 1600 millones de niños, adolescentes y jóvenes se han visto afectados a nivel mundial por esta circunstancia.

Pero todo mal tiene su grado de bondad. Especialmente en el área de la educación, la pandemia ha traído consigo nuevas oportunidades para la educación virtual. Si bien es cierto, antes de la pandemia, la educación virtual era una suerte de “alternativa”, en los últimos años, la educación virtual ha sido la principal solución ante el problema mundial.

Como una muestra de esto, una encuesta titulada “15th Annual Learning Tools Survey” publicada en el año 2001 lista las 300 herramientas de aprendizaje virtual más utilizadas a lo largo del año, entre las herramientas más conocidas podemos mencionar: Youtube, Zoom, Microsoft Teams y Google Classroom.

Y es que debido al confinamiento, muchos docentes se vieron en la difícil obligación de transformar todo su contenido y métodos de enseñanza para adaptarlo a un ambiente digital. Esta “emergencia educativa” trajo algunas cosas malas consigo:

  1. Dificultad de llegar a los alumnos que no cuentan con conectividad o con dispositivos apropiados.
  2. Saturación de las redes y escaso ancho de banda, sobre todo en instituciones con grandes masas de estudiantes.
  3. Situaciones de deserción o desánimos en estudiantes que muestran escasa concentración y persistencia en el aprendizaje en línea, al ofrecerse módulos o unidades de alta densidad, muy extensos y de mucha duración, o actividades de aprendizaje escasamente motivadoras.
  4. Problemas al pasar de la imagen presencial del docente, de sus gestos y su voz, en directo, a una situación a distancia, en la que a veces todo se quedó en el frío texto.
  5. Cautelas, resistencias e, incluso, aversión de ciertos grupos docentes al uso de tecnologías.
  6. Falta de apoyos técnicos al profesorado presencial poco habituado a manejar estas tecnologías interactivas.
  7. No se combinaron adecuadamente las instancias de sesiones síncronas o asíncronas, de presentaciones y orientaciones del docente, con el trabajo individual o de grupo de los estudiantes, síncrono o asíncrono.

Por otro lado, el confinamiento trajo consigo distintas novedades en el área de educación:

  1. Incremento del modelo de aprendizaje híbrido (Blended Learning): Debido al confinamiento, muchos docentes tuvieron que capacitarse en el uso de herramientas tecnológicas de aprendizaje para ofrecer Cursos Virtuales. Este conocimiento ha repercutido en el fortalecimiento de lo que se conoce como el modelo de aprendizaje “híbrido” que involucra tantos elementos de presencialidad y de educación virtual.
  2. Redefinición del papel del profesor: Debido a la utilización de herramientas virtuales de aprendizaje, la labor del profesor ha sido redirigida a la de un “facilitador” o “tutor” lo que puede ayudar a que el alumno tenga más participación en su proceso de adquisición de aprendizaje.
  3. La mejora continua del sistema educativo: De igual manera, debido al confinamiento, ha sido necesario repensar los modelos educativos para garantizar que las metas sean cumplidas de la mejor manera. Han surgido diversos programas como Cursos Virtuales, posgrados virtuales, cursos asincrónicos, etc.
  4. La incorporación de sistemas LMS (Learning Management Systems): Estos son Software especializados para la administración de procesos de aprendizaje. Con la llegada de la pandemia y el confinamiento, muchas instituciones incluyeron el uso de este tipo de herramientas para llevar a cabo sus labores educativas (Más sobre esto en entradas posteriores)

El confinamiento entonces ha traído consigo tanto malos como buenos frutos y depende cada institución educativa el explotar y sacar el más grande provecho de los buenos frutos. Muchas investigaciones muestran que desde el año 2000, los ingresos de la industria del aprendizaje en línea han crecido en más de un 900 % y el aprendizaje virtual experimentó un aumento del 16 % durante la pandemia. Claramente el “E-Learning” es la tendencia del momento y pareciera ser que va al alza. Con estos datos en mente, conviene a las instituciones educativas encontrar soluciones a los retos presentados por esta situación global y de igual manera, sacar el mayor provecho de cada uno de los beneficios traídos por el confinamiento.